lunes, 25 de junio de 2018

El Fin de la Infancia de A. C. Clarke

En el edad más auto-destructiva de toda la historia de la humanidad, tras años de crisis global, gestada por el culto al egoísmo y al poder, solo una inesperada pero majestuosa llegada que se posa sobre la faz de la tierra por encima de todos los hombres, supone un cambio, motivado por lo que parece ser una bien-intencionada inteligencia superior, que ha llamado únicamente a un hombre, el líder de las naciones en la tierra, para que sea su interlocutor con el resto de la humanidad.
Pasados los años, y sin dejarse ver jamás por hombre alguno, esta súper-inteligencia que fue paulatinamente aceptada desde su estratosfera, demuestra su capacidad para acabar con la crisis y la guerra mundial, y guía a la humanidad a un auge sin precedentes, a una utopía, en donde quizás el único conflicto permanente era la curiosidad característica del hombre por llegar a conocer a esos seres súper-inteligentes, habiendo aceptado ya la idea de ser felices pero sumisos, en lugar de libres pero autodestructivos.
Entonces, luego de un plazo de 50 años más, que aparentemente pretendía su plena aceptación, estos seres nunca vistos, deciden por fin, revelarse físicamente a la humanidad en un acto majestuoso, y bajando desde su estratosfera, finalmente se dejan ver, causando una conmoción general impresionante, pues su aspecto es el del vivo demonio que ha sido ilustrado inmemorablemente como la fuerza del mal.
Sin embargo, la verdadera aceptación de estos seres, únicamente sería llevada a cabo por los más niños de la sociedad, llevando esto al desprendimiento de ataduras biológicas y de la mente consciente, para con el tiempo dar lugar al desarrollo de facultades psíquicas en estas poblaciones, en lo que supone el fin de la infancia de la humanidad y el comienzo de una nueva era, en donde las personas ya evolucionadas desaparecen de la faz de la tierra, y son llevados a un sitio desconocido, como una dimensión superior, para entonces descubrirse allí, su propósito aún más elevado, mientras que el planeta tierra regresaba a un estado primitivo, habitado por otros nuevos seres humanos cavernarios (que solo mostraban la natural pero arcaica ansia de poder, que se presume regirá toda su historia).
En esa 'dimensión superior' el designio último del hombre es finalmente revelado, se manifiesta su capacidad de transformarse en mente pura, para luego ser parte de una única súper mente universal, siendo todos parte de lo mismo, y aquellos visitantes súper-inteligentes de forma demoniaca, simples guías del proceso, emanaciones o entidades "programadas" por la élite superior de los que lograban este salto evolutivo denominado apoteosis, del que anteriormente había sido objeto otras especies del universo, y de la misma tierra en otras humanidades remotas.

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