martes, 26 de junio de 2018

Wittgenstein

Al comienzo de aprender, digamos el zen, la montaña y el río, son la montaña y el río, luego, mientras se aprende el zen, la montaña y el río dejan de ser montaña y río, para al final, cuando ya se ha aprendido el zen, vuelven a ser, montaña, montaña, y río, río (Comentario de Samuel Cabanchik).

¿Qué es lo propio de la filosofía?, reconocer en un tercer momento, lo que ya estaba ahí desde el comienzo pero no se podía apreciar, y darse cuenta que al final no había ninguna profundidad sino que la profundidad estaba generada por el mismo movimiento de, perder el objeto que se daba de entrada, en este caso la montaña y el río, para finalmente recuperarlo y tenerlo por primera vez.

Se hace filosofía para dejar de hacerla. Pero en el movimiento se encuentra una comprensión que antes no se tenía.



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